Por Karen Carillo Florero

Hace algunos años el Periodismo Móvil o más conocido como MOJO por sus siglas en inglés, podía resultar una idea descabellada. Sin embargo, desde que en 1997 Philippe Kahn pudo tomar una fotografía desde su teléfono móvil, o cuando en 2004 nació la red inalámbrica de conexión a internet «wifi», o que a partir de 2007 empezó el boom de los teléfonos celulares con la presentación del iPhone por Apple, todo ha cambiado.

Así lo explicó Guillermo Tomoyose, periodista de La Nación Más (LN+), en la introducción sobre la historia que sentó las bases del Periodismo Móvil durante una de las jornadas de trabajo que ofrece el Programa Medialab del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), para que los periodistas cuenten con las herramientas y técnicas necesarias en la era del periodismo digital.

Pero, ¿qué es el MOJO? Es el proceso de producción y distribución de contenidos periodísticos mediante el uso de dispositivos móviles (smartphones) especialmente para coberturas de noticias de último momento. Su practicidad reside en que el periodista puede ingresar con el celular a cualquier cobertura, su traslado es fácil y liviano y sirve para tomar fotografías o grabar videos de buena calidad, según el modelo.

Ante la variada diversidad de aparatos móviles y marcas, Tomoyose recomendó tener en cuenta tres características: el procesador (Qualcomm Snapdragon 600 o más, de preferencia), la Memoria RAM (de tres o más gigas) y el almacenamiento (de 32 o más gigas).  También sugirió complementar el kit básico del MOJO, contar con un selfie stick, auriculares con audífono o micrófono corbatero, un trípode de mesa y una batería recargable de un amperio (Ah) y medio.

Por último, para lograr una edición rápida, fácil y didáctica de algún video grabado en vertical u horizontal que quiera subirse como historia o producto final en redes sociales, aconsejó usar la aplicación «Quik».